Este octubre de 2025, Atenas es testigo de un acontecimiento significativo: el Partenón se encuentra completamente libre de andamios por primera vez en dos siglos. Esta nueva visión de la Acrópolis en su conjunto marca un punto de inflexión en uno de los proyectos de conservación más ambiciosos de la historia moderna.
La imagen del Partenón envuelto en estructuras metálicas se ha hecho tan familiar que varias generaciones han crecido sin ver nunca el monumento en todo su esplendor. La fachada occidental estuvo cubierta por andamios durante unos 20 años, una presencia continua que se había convertido en parte natural del paisaje de la Acrópolis.
Sin embargo, la situación es aún más extraordinaria de lo que parece. Como señaló Lina Mendoni, ministra griega de Cultura, aunque la fachada oeste había permanecido oculta durante dos décadas, es la primera vez en unos 200 años que todo el exterior del monumento está libre de cualquier tipo de andamiaje en todas sus fachadas.
Esto pone de relieve algo que podría haberse pasado por alto: el Partenón ha estado sometido a una restauración prácticamente continua desde principios del siglo XIX. Desde la restauración de la fachada oriental entre 1984 y 1991 hasta las obras actuales, el templo ha sufrido sucesivas intervenciones en distintas secciones. Cada fase de las obras requirió el andamiaje de una zona concreta, por lo que el monumento en su conjunto nunca estuvo completamente despejado.
Hay varios factores detrás de esta presencia de andamios durante tanto tiempo. La fase que acaba de concluir en la fachada oeste tenía como objetivo corregir los graves daños causados por restauraciones anteriores. Sí, estamos hablando de la renovación de la renovación.
El problema se remonta a las intervenciones realizadas por el ingeniero Nikolaos Balanos entre 1922 y 1933. En aquella época se utilizaban mucho las abrazaderas y los pernos de hierro para unir los bloques de mármol. Una solución que parecía adecuada en aquel momento resultó ser catastrófica a largo plazo, pues el hierro se oxidó y se dilató, provocando un fenómeno conocido como «oxidación de gato» que fracturó el mármol desde dentro.
Los trabajos recientes se han centrado en:
La operación se describe oficialmente como una intervención de «rescate», subrayando la urgencia de actuar antes de que los daños fueran irreparables.
Pero no nos podemos alegrar demasiado, la visión despejada del Partenón es, lamentablemente, un interludio temporal. Las autoridades griegas han sido transparentes al respecto: el periodo sin andamios durará aproximadamente un mes y finalizará en noviembre de 2025.
A partir de noviembre de 2025, se empezará a levantar una nueva estructura de andamiaje en la fachada occidental para iniciar la fase final de las obras exteriores. Sin embargo, habrá una diferencia notable: el nuevo andamiaje será «más ligero y estéticamente mucho más cercano a la lógica del monumento», diseñado para minimizar su impacto visual.
Se prevé que esta fase final dure hasta principios del verano de 2026. El ministro Mendoni ha prometido que, una vez concluidas estas obras, «el Partenón quedará también completamente libre de este andamiaje, y la gente podrá verlo realmente libre».
Pero la historia no acaba ahí. Paralelamente a las obras exteriores, en el interior del templo se está llevando a cabo un proyecto aún más ambicioso: la restauración parcial de la cella, la cámara sagrada que originalmente albergaba la colosal estatua de Atenea. Este proyecto, aprobado por el Consejo Arqueológico Central de Grecia (KAS), tiene una duración estimada de 15 años y pretende:
Este proyecto representa un cambio filosófico: pasar de la mera conservación de una ruina a una reconstrucción parcial que restaure la experiencia del espacio arquitectónico.
En cuanto a las grandes intervenciones estructurales, sí. La conclusión de las obras exteriores en 2026 marcará el final de las principales fases de restauración del programa actual, que comenzó en 1975.
Sin embargo, la conservación del Partenón es, por su naturaleza, un compromiso perpetuo. El monumento seguirá necesitando un mantenimiento continuo, vigilancia e intervenciones menores para garantizar su supervivencia. Estamos hablando de un edificio que tiene aproximadamente 2.450 años, por lo que es crucial llevar a cabo estas acciones periódicamente. La diferencia es que, a partir de 2026, estas tareas podrán realizarse sin necesidad de grandes estructuras de andamiaje que envuelvan el templo.
El Partenón ha sido objeto de múltiples ciclos de restauración a lo largo de su historia moderna. Cada uno de ellos refleja la comprensión y las capacidades técnicas de su época.
Dirigidas por los arqueólogos Kyriakos Pittakis y Rizos Rangabé, fueron las primeras intervenciones tras la independencia griega en 1830. Se limpió el templo de añadidos posteriores, como la pequeña mezquita otomana que ocupaba su interior, y se realizó una anastilosis parcial para presentar el monumento como símbolo de la identidad nacional griega.
Un extenso programa que reconstruyó gran parte del Partenón, reinstalando columnas y bloques arquitectónicos. Balanos utilizó cemento y abrazaderas de hierro, estableciendo la imagen familiar del monumento en el siglo XX. En la década de 1920, reconstruyó por completo la columnata norte. Aunque estas intervenciones restauraron parte de la integridad estructural, el uso de hierro sin protección causó graves daños con el tiempo.
La primera fase del programa de restauración científica moderna se centró en reparar los daños estructurales del terremoto de 1981. Incluyó el desmontaje y montaje de las esquinas, la rotación de la columna de la esquina sureste y la sustitución de las esculturas originales por copias.
Un programa destinado a solucionar la inestabilidad estructural causada por los daños del incendio y las intervenciones anteriores. Incluía el desmontaje de columnas, la inyección de lechadas especiales en el mármol quemado y el tallado de flautas en los nuevos suplementos.
En 1975, el Estado griego creó el Comité para la Conservación de los Monumentos de la Acrópolis (ESMA), iniciando una nueva era de restauración científica. Los trabajos comenzaron en 1983 y han abarcado prácticamente todas las zonas del monumento durante más de 40 años. Este programa estableció nuevas normas internacionales de conservación:
Iniciada en 2011, esta fase se centra en la operación de «rescate» del frontón occidental para retirar las abrazaderas de hierro de la intervención de Balanos, estabilizar la estructura y completar los últimos detalles exteriores. Su finalización en 2026 marcará un hito histórico: por primera vez en siglos, el Partenón podrá apreciarse totalmente estabilizado, mostrando sus proporciones clásicas sin el apoyo de andamios.
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